Enfermedades Comunes

Todos queremos tener unos dientes y encías sanos para tener una sonrisa ganadora, un aliento fresco y un aumento de nuestro nivel de confianza. Pero, ¿sabía que aproximadamente la mitad de los adultos tienen o han tenido halitosis (también conocida como mal aliento)? Es uno de los problemas dentales más comunes y también uno de los más tratables.

A continuación, te presentamos la halitosis, otros nueve problemas dentales comunes y las opciones de tratamiento para cada uno de ellos.

1. Caries dentales

La caries dental también se conoce como caries dental o cavidades dentales. Es el problema dental más común que los dentistas ven en los pacientes. Prácticamente todo el mundo, en algún momento de su vida, ha experimentado caries.

La caries se produce cuando las bacterias forman una película, llamada placa, en la superficie de los dientes. Las bacterias producen ácidos a partir de los azúcares de los alimentos. Los ácidos corroen y dañan permanentemente el esmalte, o capa externa, del diente. A continuación, los ácidos empiezan a actuar sobre la capa de dentina, más blanda, que se encuentra debajo del esmalte.

Esta descomposición del diente puede provocar caries o agujeros en los dientes. También puede causar dolores de muelas, incluido el dolor al comer y beber cosas calientes, frías o dulces.

Otros síntomas de la caries dental pueden ser

  • Mal aliento

  • Manchas negras o marrones en los dientes

  • Un sabor desagradable en la boca

La atención odontológica comienza con la evaluación del grado de caries y la recomendación de un curso de acción. Esto puede incluir empastes, coronas o una endodoncia. La opción elegida puede ser la extracción seguida de implantes dentales o prótesis.

Puedes ayudar a prevenir la caries con un cepillado regular (dos veces al día) y el uso del hilo dental. Además, acude a las revisiones periódicas de tu dentista para que te raspe la placa de los dientes.

2. Enfermedad de las encías

La gingivitis es la fase inicial y leve de la enfermedad de las encías o periodontal. Es una infección bacteriana causada por la acumulación de placa. Los síntomas más comunes son encías rojas, hinchadas y que sangran con facilidad. También se puede experimentar mal aliento y dientes sensibles que duelen al masticar.

Saltarse el cepillado y unas técnicas de cepillado deficientes pueden contribuir a la enfermedad de las encías. También lo pueden hacer los dientes torcidos que son difíciles de cepillar correctamente. Otros factores de riesgo son el consumo de tabaco, el embarazo y la diabetes.

Es importante tener en cuenta que la gingivitis puede ser indolora y, por tanto, es posible que no se note. Por ello, es conveniente realizar revisiones dentales periódicas.

La gingivitis puede tratarse con una limpieza a fondo realizada por su profesional de la salud dental. Para evitar que vuelva a aparecer, tendrás que practicar el cepillado y el uso del hilo dental dos veces al día.

Periodontitis

Si no se trata, la gingivitis puede convertirse en una forma más grave de enfermedad de las encías llamada periodontitis. Esto ocurre cuando las bolsas de la encía se infectan. Esto puede provocar daños en el hueso y el tejido que sostiene los dientes, ya que éstos también se infectan.

También puede provocar:

  • Contracción y retracción de las encías

  • Dientes permanentes sueltos

  • Un cambio en la mordida

  • Un sabor desagradable en la boca

  • Mal aliento persistente

  • Además, la periodontitis puede desencadenar una respuesta inflamatoria en todo el cuerpo.

El cuidado dental para la periodontitis incluye antibióticos tópicos para tratar la infección o la remisión a un periodoncista - un especialista en enfermedades de las encías.

3. Mal aliento

El mal aliento o halitosis es uno de los problemas dentales más comunes. También es uno de los más angustiosos. El mal aliento puede estar causado por varios factores diferentes, entre ellos:

  • Mala higiene bucal

  • Boca seca

  • Medicación

  • Infección

  • Reflujo ácido

  • Cáncer

Uno o varios de los alimentos que comes también podrían ser la causa de tu halitosis. Las especias como el ajo y la cebolla son culpables habituales.

Dado que las causas del mal aliento son tan variadas, tu dentista hará una evaluación completa y te prescribirá el curso de acción que mejor se adapte a tu caso.

4. Dientes sensibles

Los dientes se vuelven sensibles a los alimentos y bebidas calientes y frías cuando el esmalte se desgasta y la dentina queda expuesta.

La dentina tiene tubos que conducen al nervio más profundo del diente. Las sustancias calientes o frías pueden viajar a lo largo de los tubos hasta el nervio y causar un dolor intenso.

La sensibilidad dental, también conocida como hipersensibilidad de la dentina, puede estar causada por la caries. Otras posibles causas son:

  • Enfermedad de las encías

  • Infección de la raíz

  • Un diente agrietado o roto

  • Corona o empastes desgastados

  • Erosión del esmalte

  • Encías retraídas

También puedes tener dientes sensibles porque la capa de esmalte de tus dientes es naturalmente fina.

Existen pastas de dientes y colutorios específicos para dientes sensibles. El dentista también puede recomendar un tratamiento con flúor, una corona, un injerto de encía o una endodoncia. El tratamiento elegido depende de la gravedad de tu caso.

5. Dientes agrietados o rotos

Los dientes agrietados o rotos suelen estar causados por:

  • Una lesión

  • La masticación de alimentos duros

  • Perforaciones en la boca

  • Rechinar los dientes mientras duermes

  • Un diente agrietado o roto puede causarle mucho dolor, dependiendo de la magnitud del daño. Independientemente de lo grave que creas que es la grieta o la astilla, debes hacerla examinar y tratar por un dentista lo antes posible. Las opciones para arreglar este problema dental incluyen una carilla, una corona o el uso de un relleno del color del diente.

6. Encías retraídas

La retracción de las encías puede ser causada por otros problemas dentales comunes y puede conducir a ellos. Esta afección también puede provocar problemas más graves, como la pérdida de un diente. Esto se debe a que la afección expone la delicada raíz del diente, haciéndola susceptible de sufrir daños. La retracción de las encías puede estar causada por una serie de factores, entre ellos:

  • Mala higiene bucal

  • Cepillarse los dientes con demasiada fuerza

  • Presión arterial alta

  • Fluctuaciones hormonales en las mujeres

  • Fumar

La retracción de las encías también puede ser genética, es decir, la enfermedad es hereditaria. El cuidado dental de las encías retraídas incluye una limpieza a fondo de los dientes por parte de un profesional de la odontología. También es posible que le enseñe las técnicas de cepillado adecuadas. Los casos graves pueden necesitar ser tratados con un injerto de encías u otra forma de cirugía.

7. Infección de la raíz

La base o raíz del diente puede infectarse e hincharse con bacterias. Esto ocurre con mayor frecuencia debido a caries, grietas o fracturas en el diente. La infección de la raíz puede provocar daños en los tejidos y los nervios del diente y, finalmente, el desarrollo de abscesos.

Un dolor de muelas punzante y crónico (de larga duración y persistente) es un signo seguro de infección radicular. Tanto masticar como morder será doloroso y la parte de la boca donde se encuentra la infección será muy sensible a los alimentos y bebidas calientes y frías. En algunos casos, la zona de la cara que rodea la infección también se hincha.

Una infección radicular se trata con una endodoncia. Y, aunque muchos de nosotros se encoge de miedo ante la idea de tener un canal de la raíz realizado, el procedimiento es en realidad muy seguro con un dolor mínimo, ya que los dentistas utilizan anestesia mientras se realizan los canales de la raíz.

8. Erosión del esmalte

La erosión del esmalte es una condición que se desarrolla muy lentamente y deja los dientes descoloridos y de aspecto redondeado. Su causa principal es el consumo de muchos alimentos azucarados y ácidos como los refrescos y los dulces durante un largo período de tiempo. Una causa poco frecuente es cepillarse los dientes con demasiada frecuencia, demasiada fuerza y demasiado tiempo.

La erosión del esmalte hace que los dientes sean muy sensibles, más débiles y más susceptibles de sufrir grietas, desconchones y ahuecamientos. El esmalte perdido no puede restaurarse en los dientes que han sufrido la erosión del esmalte. Sin embargo, puede reducir en gran medida cualquier erosión del esmalte reduciendo los alimentos azucarados y ácidos. El uso de cepillos de dientes con cerdas más suaves también ayuda. También puedes mejorar mucho el aspecto de tus dientes con carillas dentales.

9. Boca seca

Cualquiera puede verse afectado por la sequedad bucal. No es una parte natural del envejecimiento, pero es más común entre las personas mayores. Entre las causas de la sequedad bucal se encuentran los tratamientos contra el cáncer, las enfermedades de las glándulas salivales, las lesiones nerviosas y la diabetes. El VIH/SIDA y ciertos medicamentos también pueden provocar sequedad de boca y garganta.

Puede aliviar la sequedad de boca y garganta bebiendo sorbos de agua a lo largo del día. También debes evitar las sustancias que se sabe que resecan. Estas incluyen el alcohol, el tabaco, la cafeína y los dulces.

10. Rechinar los dientes

El bruxismo es el término dental que designa el rechinar de dientes. El rechinar de dientes suele ocurrir mientras se duerme, pero también puede ocurrir mientras se está despierto. Puede dañar los dientes, provocar dolor en la mandíbula e incluso provocar dolores de cabeza y de oído.

Algunas enfermedades dentales pueden provocar el rechinamiento de los dientes. Estas incluyen:

  • Un empaste o una corona nuevos que están más altos que los demás dientes

  • Una mordida anormal

  • Algunas personas sufren bruxismo cuando tienen un trastorno del sueño, están estresadas o sufren ansiedad. El tratamiento de estos problemas subyacentes podría ayudar a aliviar o detener el rechinamiento.

Lo que puede hacer tu dentista es darte un protector bucal hecho a medida para que lo uses por la noche. Ayudará a minimizar el rechinamiento y ofrecerá cierta protección a tus dientes. También ayudará a corregir los problemas de mordida.